miércoles, 16 de agosto de 2017

Brevet negra 200Km Parla a Recas

Llevaba tiempo queriendo hacer una salida en bicicleta más larga de lo habitual en mis paseos de fin de semana, que rondara los 200 Km. Así que preparé un par de rutas para el domingo pasado, una hacia el este y otra hacia el oeste, dejando pendiente la elección de cual hacer en base a la previsión meteorológica. Al final la elegida fue ir de Parla a Recas saliendo hacia el este, ya que la previsión del viento era que soplaría del S-SE y así podría llevarlo de cara o frontal-lateral hasta la mitad del recorrido aproximadamente y, en teoría, de culo al final.

La noche anterior preparé la bici y las cosas que tenía que llevar en la bolsa del manillar.

Además de tres barritas y un par de geles, me preparé tres sándwiches: dos de pavo y queso y uno de miel. Además de un par de plátanos y un paquete de galletas con choco que me gustan bastante, como capricho. Y un par de bolsitas con polvos mágicos para rellenar dos veces el bidón de bebida isotónica.



También eché a la bolsa un par de baterías para recargar el móvil y el foco delantero y un frontal para el casco, por si me hacía falta.

En cuanto a ropa salía de corto, que estamos en agosto y estaba claro que me iba a caer una buena tostadera encima, pero al salir de noche eché los manguitos por si acaso, que me vinieron bien posteriormente. También el chaleco reflectante para circular en la oscuridad.

Mi previsión era salir a las cinco de la mañana para terminar a las cuatro de la tarde. Y puntualmente empecé a rodar.



En Pinto estaban de fiestas, algo que abunda en España en agosto y que me iba a encontrar en otro par de pueblos después. Al paso por allí a las 5:15 el espectáculo era dantesco, con media docena de personas en estado de embriaguez caminando por medio de la calle como zombies. Me crucé con dos coches, uno circulando sin luces y otro haciendo un cambio de sentido ilegal en un sitio peligroso. Salí de allí sin mirar atrás.

A las 5:40 llegué a San Martín de la Vega y, antes de comenzar la bajada de la yesera, paré un par de minutos a ponerme los manguitos. El primer tramo de bajada ya me había enfriado un poco y es habitual que en la vega descienda más la temperatura.

Aunque ya había circulado de noche en la Brevet 300 Km por la Alcarria del G.D.C. Pueblo Nuevo en abril, al rodar en grupo no había apreciado como alumbraba el foco delantero, un Sigma Buster 200. No tuve ningún problema de visibilidad, ni siquiera bajando La Nueva hasta Morata de Tajuña, que se va rápido. En esta población, después de hora y veinte rodando y con el foco a máxima intensidad, se encendió el aviso de que estaba agotándose la batería. La conecté a una batería externa y siguió cumpliendo su cometido hasta pasado el amanecer. Las especificaciones de la luz dicen que, a máxima intensidad, tiene una duración de hora y media. La luz trasera, una Apace Vision, estuvo luciendo a baja intensidad hasta, al menos, nueve horas después de su encendido. En la parada en Villasequilla seguía encendida.

Entre Perales de Tajuña y Valdelaguna empezó a amanecer y aproveché para comer por primera vez. Un plátano. La temperatura había descendido a 12,5º No tenía sensación de frío pero agradecí mucho los manguitos. En algún momento eché de menos el chaleco (no el reflectante que llevaba puesto, que no conserva el calor aunque te hace sudar la espalda)

El recorrido por esta zona, pasando por Colmenar de Oreja y en dirección a Lillo tuvo un poco de todo. La bajada al río Tajo, desde Colmenar es muy rápida y me gustó. Decidí comer un sandwich en esa bajada y creo que no fue el momento más adecuado. Luego vino la subida hasta Villarrubia de Santiago que se hizo dura, pero llevadera, poco a poco.

Alcancé Villatobas y desde ahí a Lillo sufrí bastante. La carretera está en muy mal estado, descarnada, con mucho bache. Era un tramo largo de 23 Km. hasta Lillo y a mitad de camino tuve que parar un cuarto de hora para descansar, ya que tenía bastantes molestias en general por el bacheado, sobre todo en los hombros y el cuello. Aproveché para quitarme los manguitos y el chaleco reflectante y comer.



Mi plan inicial era haber parado en Villatobas para desayunar un café y comer algo pero iba con ganas y seguí sin realizar el alto. Además en esta población me equivoqué en un desvío y tomé la carretera en la dirección contraria a la que debía llevar, lo que me supuso rodar un kilómetro y poco de más.

A partir de la parada la carretera mejora un poco, pero sigue siendo bastante mala. Deja de estar descarnada pero sigue con el firme bastante irregular, como con "arrugas". Vas dando botes y tienes que tener cuidado para no perder el control de la bici. A esto se juntó que el aire soplaba en contra todo este tramo, como estaba previsto.

En Lillo, kilómetro 107 y mitad de trayecto aproximado, paré a comprar agua para reponer los dos bidones, el de agua y el de isotónica con una de las bolsitas con polvos. Me encontré con otros dos ciclistas con los que conversé un rato. Cuando les dije lo que llevaba y lo que me quedaba me miraban con cara rara e insistían en indicarme carreteras que me hacían más directa la ruta. Por más que les decía que lo que quería era hacer los kilómetros, no llegar antes. No sé si lo entendieron o pensaban que estaba pirado.

A partir de Lillo la siguiente "etapa" era llegar a Mora (realmente me desvié un poco antes),  pasando por El Romeral y Tembleque. Unos 40 Km. en los que pude rodar a ritmo por buena carretera y con un paisaje, en algún momento, agradable. La zona no es que sea un vergel ni mucho menos.

Aunque el tramo más monótono creo que fue el que emprendía ahora, entre Mora y Villasequilla. Al llegar a esta población paré en un bar y me comí un pincho de tortilla, no muy rica aunque creo que fue por el calentón en el microondas (suelo decir que no lo hagan, pero se me pasó en esta ocasión)



Desde hacía ya rato llevaba los cuadriceps muy cargados y doloridos. Aproveché para estirar un poco pero no hubo efecto positivo en ello.

A estas alturas y desde hacía una hora más o menos el calor ya había empezado a apretar bien y lo acusaba sobre todo en las subidas, donde vas mucho más despacio y el aire no te refresca. Empezaba a estar bastante tostado y con ganas de terminar. Me restaban unos 35 kilómetros para finalizar e iba en tiempo previsto. Además se me había olvidado ponerme protector solar y acabé más torrado que un cangrejo.

Seguí rodando, ya quedaba menos. Poco antes de llegar a Mocejón, sobre los 190 kilómetros de recorrido, empecé a sufrir un momento de crisis. El calor apretaba, mis cuadriceps estaban muy doloridos y me costaba mantener ritmo, sobre todo en las subidas. Pensé parar pero seguí dando pedales ya que me daba la impresión de que, si me bajaba de la bici en Mocejón, me tendrían que venir a buscar.

Llegué a Magán, que está a unos 3 Km. del anterior, y vi una fuente a la que me tiré de cabeza. Literal. Metí la cabeza debajo del agua y me dio por meter también las piernas y, no me explico como, los cuadriceps dejaron de doler instantáneamente. La verdad es que esto me animó mucho. Aproveché para comprar más agua en un establecimiento de chinos que estaba abierto a las tres de la tarde y que me salvó. En principio había rellenado en la fuente, pero lo cierto es que no estaba muy fresca.



A partir de aquí, con los ánimos renovados, me quedaban unos 15 kilómetros, todo en subida ligera y que he recorrido un montón de veces, pero con bastante menos distancia en las piernas. Unas rampas antes de Yunclillos y de ahí a Recas en constante subida con una rampa al final que te fastidia bastante.

A las 16:00 llegué a Recas, cumpliendo con mi previsión, aunque las paradas y momentos de comida los hice cuando necesité más que por lo pensado.





Algunas cosas:

Mirando los números con posterioridad mi cadencia ha sido más baja de lo habitual, en torno a 79. Esto lo achaco (o creo que puede ser) a que últimamente ruedo más con menos desarrollo. No sé si es bueno o no para mi y mis rodillas, pero es lo que me piden las piernas. Tendré que mirarlo.

No recuerdo exactamente los momentos en los que comí, casi todos sobre la bici, pero de todo lo que llevaba al final me comí los dos sandwiches de pavo y queso; el sándwich de miel; los dos plátanos; el paquete de galletas y una barrita. Además del pincho de tortilla. Calculo que bebí unos ocho litros de líquido en total.

No ingerí ningún gel (en las dos Brevets que había hecho este año sí que los comí), aunque estuve tentado a la altura de Mocejón en el momento tonto del día. Esto fue así por los comentarios de Javier que dice que en las Brevets, al rodar con baja intensidad, no son necesarios y con la comida "normal" basta.

Eché mucho de menos el ambiente de Brevet. Aunque el hecho al final sea el mismo: rodar una distancia en unos tiempos que te marques, bien sea por reglamento o personalmente. El tener que sellar, encontrarte con otros ciclistas y conversar, es muy ameno e interesante.

Me ayudó mucho llevar música. Un viejo móvil que ya no se utiliza viene bien como reproductor de música y además la batería dura mucho si lo usas solo para esto sin conectividad.

Las carreteras por las que circulé la verdad es que no tenían mucha circulación de coches y esto hace que ruedes con mucha tranquilidad. El único imbécil con el que tuve el placer de cruzarme fue un autobús de línea a la altura de Valdelaguna sobre las 7:20 más o menos. Que, teniendo carril de lentos, carril normal y el carril de sentido contrario, todos vacíos sin más coches, él y yo solos, me adelantó a menos de un metro. Estas cosas no se hacen sin querer.

El recorrido, pese a ser por zonas que en teoría son llanas, es un continuo sube y baja. Según Strava 1800 metros de desnivel positivo. Algunas cuestas son interesantes y desgastan.

Acabé mucho más cansado que en el 200 Km. de Jadraque y bastante más que en el 300 Km. de La Alcarria que se me hizo más llevadero, seguro que por ir en grupo con la gente del Pakefte.

Llevo desde junio utilizando un Sillín Brooks B17 Standard Imperial que me dio Javier. Me gusta este sillín, he terminado sin ninguna molestia en el culo. Y eso que ya estaba utilizado por él y no es lo más apropiado en estos sillines, que se adaptan al culo de cada uno con el uso.

Necesito un GPS para la bici.

Aquí tenéis un vídeo que he hecho de la ruta:


Y la ruta en Strava:

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